Desde el 2002, la Corporación Cinememoria, gestiona y organiza el Festival Internacional de Cine Documental ENCUENTROS DEL OTRO CINE, que reúne películas nacionales e internacionales de No – Ficción, también denominado “Cine de lo Real”. Del 6 al 15 de octubre de 2023, se desarrolló en Quito la edición 22 del prestigioso festival, donde tuve el placer de formar parte del Jurado Estudiantes de Cine.
En el 22EDOC se presentaron 52 películas, de 32 países, habladas en 29 lenguas. Entre los 24 filmes que absorbí en esos 10 días, Cementery (Carlos Casas, 2019) y Between revolutions (Vlad Petri, 2023), calaron profundamente en mí, dejando una pulsión que expulsó desde muy adentro los versos que les entrego a continuación.
Pero antes, ¡hablemos del cine de lo real! A través de los espejos y la luz se capturaron las primeras imágenes en movimiento. Aunque la frontera entre documental y ficción ha sido muchas veces puesta en duda por la fina membrana que los separa, el cine de lo real constituiría el primero. Surgen cuestiones filosóficas y teóricas a partir de esta categorización, conjeturas y dudas que dejaré a libertad de la, él o le lectore, pues no constituye la cuestión principal del texto. Planteare la única pregunta: si encuadrar ficciona la realidad, y la ficción es reflejo de esta, entonces, ¿qué es documental y que no lo es?
Para mí, el cine de lo real vive en un lugar indescifrable del tiempo y el espacio, donde se capturan realidades alternas, utopías, amores prohibidos, sonidos inexistentes, largos silencios, hombres violentos, madres sin hijos, caminos (re)transitados, burros guías, mujeres lobotomizadas, secretos a voces, heroínas, discursos revolucionarios, selvas, pájaros, archivos y grandes reflejos. Un lugar que existe no solo a través de los espejos, sino como vivas memorias latentes de la especie humana.
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«Desde el principio de los tiempos se han contado innumerables historias y se han oído leyendas sobre el mítico cementerio de elefantes.». Así comienza el híbrido, de “docu-ficción-experimental”, Cementery (2019), dirigida por el español, Carlos Casas. Nos adentramos en las tupidas selvas tropicales de Sri Lanka, acompañando el viaje del último elefante de la tierra, hacia la necrópolis elefantica, mientras cazadores furtivos siguen sus pasos codiciando el mítico lugar. El filme explora la muerte, la reencarnación, la memoria y la devastación del progreso.
Cacería.
Cementerio mítico de elefantes,
lugar de sueños dónde se juntan a morir.
Tantos amaneceres,
muchos nacimientos del día.
Penumbra del Alba,
de la muerte, y de la caza.
Estrellas titilantes.
Entre la bruma,
indescifrables formas elefanticas humanas.
Planos secuencia largos,
larguísimos,
donde nace el sol.
Grandes planos generales,
generalísimos,
de la inmensa selva.
Todo va ritmo elefante:
pasos fuertes y lentos.
Así se debe haber visto el inicio de la tierra,
cuando era habitada por diosxs animales.
Como una Princesa Mononoke live action,
los mismos bosques de San
son los que rondan Nga y su mahout Sanra.
Recorrer y explorar el plano,
la imagen en movimiento,
el elefante,
que parece bailar con las luciérnagas,
el mahout en cunclillas,
su reflejo que aparece y reaparece,
en el agua estancada,
en el agua fluida,
recorrer las rocas,
los árboles,
las grullas,
la silueta negra de las montañas salvajes
que aún le pertenecen a la tierra.
Recorrer los verdes azulados,
los amarillos sol,
los rosados mancha piel de elefante.
¿Has visto alguna vez tan de cerca
a ese viejo cuero impenetrable,
a ese ojo tupido de pestañas,
a esas uñas medio humanas,
a esa trompa que parece brazo,
a esos colmillos desiguales de preciado marfil?
Entre sus arrugas, en su reflejo perseguido,
vive la memoria de su especie,
y de la mía
y de la tuya
y de la nuestra.
A través de metraje de archivo, de la Revolución Islámica de 1979 en Irán y la Revolución Rumana de 1989, Vlad Petri, el director romaní, construye una relación epistolar ficticia entre dos amigas, o amantes.
Las cartas, escritas por Lavinia Braniște, basadas en los archivos de la policía secreta rumana, constituyen la espina dorsal del largometraje, que encuadra las imágenes junto a la agitación civil de las revoluciones y la lucha de las mujeres por formar parte de ellas.
“Las victorias pueden ser confiscadas”, igual que los amores a la distancia.
Between amores.
Cartas románticas,
de eternas utopías,
reflejadas en amantes sáficas
de chalina roja y bata blanca.
Amores eternos sin olvido,
en nuestra correspondencia borrada.
Feroces acantilados y desfiladeros
dónde van a parar los cuerpos revolucionarios,
las cartas olvidadas
y las amantes separadas.
¡Querida, cariño!
¡Solo dime que estás bien!
En un lugar
donde no hay hombres voraces de abrigos negros
ni maridos fantasmas
ni dictaduras
ni guerras
ni niños asesinando niños en nombre del poder,
que muere y renace sin tregua,
ni miedo,
ni lejanía.
Donde vive la ternura y la calma
del día en que me regalaste los aretes
y me vi en tus ojos,
sonaba esa canción nuestra.
¡Oh querida, cariño, amiga, amante adorada!
¡la revolución llama!
y me reflejo en ellxs,
mientras construimos la memoria.
Contra el imperialismo se da la vida,
la calle es nuestra
y la utopía luz guía.
Ariatna López- Ira