«Creo que la función del arte es hacer visible aquello que la sociedad esconde.» Maya Deren
El Festival Equis nos invita a detenernos y observar la esencia de historias que usualmente quedan al margen. En un espacio donde el cine se convierte en un espejo social, este festival celebra la diversidad, la igualdad y el poder de contar lo invisible. En esta entrevista, descubrimos cómo Equis teje una red de voces únicas, revelando realidades que necesitan ser escuchadas. Esta celebración única reúne voces diversas, abordando temas de género, derechos humanos y justicia social a través de la lente cinematográfica. En esta entrevista, profundizamos en la visión detrás del festival.
ESTEFANÍA ARREGUI
Co-Directora y Productora
Máster en Cooperación Internacional al Desarrollo, MBA en Gestión Cultural, Diplomada en Gestión de Festivales de Arte.
Es Co-Fundadora de la Fundación EQUIS cuya misión es promover el feminismo a través del cine. Su proyecto insignia es EQUIS Festival de Cine Feminista del Ecuador.
Es Co-Fundadora de Trópico Cine, empresa de distribución de cine independiente y co-dirige CINE ESCUELA, un proyecto que busca mejorar las condiciones de vida de comunidades rurales a través de proyecciones de cine al aire libre seguidas de talleres educativos.
Se ha desempeñado como jefa de proyecto de CulturCosta y CulturAmazonia, festivales de artes y ciencias con enfoque ambiental, organizados por la red de Embajadas y Centros Culturales Europeos EUNIC.
Actualmente se encuentra produciendo «Amapola», cuarto largometraje de la directora Ana Cristina Barragán. Es docente de distribución y exhibición en la carrera de cine de la Universidad San Francisco de Quito.


VIRGINIA SOTOMAYOR
Co-Directora y Directora de Comunicación
Máster en Gestión Cultural, Licenciada en Comunicación y Relaciones Públicas, Diplomada en Creatividad Publicitaria.
Es Co-fundadora de la Fundación EQUIS cuya misión es promover el feminismo a través del cine. Su proyecto insignia es EQUIS Festival de Cine Feminista del Ecuador.
Trabajó en agencias de relaciones públicas en Buenos Aires (Argentina) y Barcelona (España) y en la Agencia Digital AWA, en Quito, como Directora de Contenidos. Posteriormente, como profesional independiente, ha sido Directora de Comunicación de festivales de cine en Ecuador como El lugar sin límites, La Orquídea, Eurocine. Desde el 2014 hasta el 2020 fue Directora de Marketing y Comunicación del Festival Internacional de Cine Documental EDOC.
Actualmente es Co-directora y Directora de Comunicación de EQUIS – Festival de Cine Feminista de Ecuador y Directora de Contenidos Digitales de Humano, campaña para generar consciencia sobre la discriminación y la xenofobia en Ecuador.
Nataly: Esta es la sexta edición del Festival Equis, entiendo que representa un recorrido lleno de experiencias y aprendizajes. ¿Cómo sienten que el festival ha evolucionado en términos de impacto y visibilidad para el cine feminista en Ecuador? ¿Qué cambios importantes han visto en la industria y en las audiencias, y qué nuevos retos y enfoques han decidido adoptar en esta edición?
Estefanía: En términos de impacto, hemos visto una gran evolución en el festival. Desde hace unos años, hemos hecho esfuerzos para descentralizar y lograr que nuestras películas lleguen no solo al público cercano a la Cinemateca. Tenemos una iniciativa de la que estamos muy orgullosas: las sedes satélite del Festival Equis. Este año, contamos con 16 localidades en todo el país, como cineclubes, centros culturales y casas comunitarias, que están repartidas por todo Ecuador, tienen acceso a la programación virtual del festival y proyectan las películas de Equis en sus comunidades. Es una alianza que venimos realizando desde hace algún tiempo, con distintas sedes que se suman cada año, ya que todo esto es por medio de un proceso de convocatoria. Esto permite una colaboración hermosa; no solo llevamos el cine a distintos lugares, sino que cada sede tiene autonomía para programar según su público y contexto, dentro del marco del festival. Nos emociona ver cómo se expande el público y, además, recibimos retroalimentación sobre las impresiones locales. Es una alegría saber que una buena parte del público del festival proviene de fuera de Quito y de diversas provincias, cada una con su propia cosmovisión.
Virginia: Otra iniciativa que hemos impulsado es una alianza con la Red de Cineclubes del Ecuador, para llevar cine feminista a seis centros educativos en diferentes partes del país. Esta acción se inspira en el proyecto de las sedes satélite, pero está enfocada en un público más joven. Las proyecciones se dirigen a estudiantes entre los 10 y 18 años, adaptando la programación para ellos.
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Nataly: Qué interesante, sobre todo el esfuerzo por descentralizar el acceso al cine en Ecuador. Recuerdo que tuvimos una sede satélite en Loja, y fue muy gratificante ver el interés y las conversaciones que surgieron. Ahora, sobre las películas de esta edición: ¿qué criterios tuvieron en cuenta para la curaduría? ¿Qué emociones, temas o perspectivas buscaron resaltar?
Virginia: Las películas siempre se escogen en un proceso que involucra dos caminos. El primero es que durante el año, la programadora, que es Anaís Córdoba, Estefy y yo estamos buscando películas en festivales internacionales que estén alineadas con los principios del festival. Por otro lado, hacemos una convocatoria abierta. Este año recibimos 223 películas, casi el doble que el año pasado, lo que muestra que el festival está ganando visibilidad incluso a nivel internacional. En cuanto a los criterios, cada año analizamos qué temas son relevantes en Ecuador y cómo pueden resonar aquí, incluso si las historias vienen de otros países. Lo que vemos en la pantalla puede asentarse en las problemáticas y realidades que vivimos en Ecuador.
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Nataly: Veo que inauguran con Reas (2024) de Lola Arias y cierran con Valentina o la serenidad (2023) de Ángeles Cruz. Imagino que estas películas tienen un gran valor simbólico. ¿Qué representan para ustedes y cómo se conectan con los temas que desean destacar en esta edición del festival?
Estefanía: La selección de las películas se hace pensando en lo que está sucediendo en Ecuador y en el contexto mundial, y cómo nos impacta y afecta a los movimientos feministas. Este año, para nosotras era importante hacer un foco sobre las cárceles. Elegimos Reas para inaugurar porque queríamos visibilizar la crisis carcelaria en Ecuador y la falta de derechos que enfrentan las personas privadas de libertad. Reas aborda esto de una forma profunda, con una propuesta musical y estética única, y nos parece ideal para inaugurar al aire libre. Es una película que nos encantó por su temática y por cómo está hecha.
Valentina o la serenidad nos encantó por su producción, ya que desde el Festival Equis cuestionamos las maneras tradicionales de hacer cine. El cine puede ser muy jerárquico y patriarcal, y nosotras tratamos de buscar alternativas para hacer cine más feminista y comunitario. Además, tenemos a Ángeles Cruz como invitada este año, quien dará una clase magistral sobre hacer cine desde la creación colectiva, desde lo comunitario, un enfoque que queremos fortalecer en el festival. Valentina o la serenidad es una película conmovedora, protagonizada por una niña, lo cual es poco común, y decidimos cerrar el festival con ella y con la presencia de Ángeles en la función.
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Nataly: Me parece importante el enfoque en el cine colaborativo y comunitario, menos jerárquico. También vi que habrá clases magistrales, como la de Ana Cristina Barragán en Cuenca y la de Ángeles Cruz en Quito. Y sobre el taller de stop motion, sé que trabajaron con el colectivo Mujeres de Frente. ¿Podrían contarme un poco más sobre esta colaboración?
Virginia: La idea del taller de stop motion autobiográfico, llamado Vidas en Movimiento, surgió antes de encontrar Reas. Ya habíamos realizado este taller en cuatro ediciones anteriores con mujeres en situación de movilidad humana en Quito y Cuenca. Este año decidimos trabajar con mujeres ex-privadas de libertad y familiares de personas privadas de libertad, ahí surgió la colaboración con Mujeres de Frente. Para nosotras, fue crucial unir esfuerzos y hacer una aproximación respetuosa y consciente. El taller resultó en un cortometraje que se proyectará junto con Reas y culminará con un foro sobre la humanización de la cárcel, donde estarán presentes participantes del taller y representantes de Mujeres de Frente.
La finalidad del taller era que las personas, a través del cine, cuenten cómo se vive al estar privada de libertad y romper los estigmas alrededor de las personas en prisión. La colaboración con Mujeres de Frente nació del deseo de hacer una aproximación cuidadosa y respetuosa hacia quienes participan.
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Nataly: Me gustaría saber si, a lo largo de las ediciones anteriores, han visto ejemplos concretos de cómo las historias han impactado en las audiencias o en las comunidades. ¿Alguna experiencia o testimonio en particular que haya dejado una huella?
Virginia: Lo que comentaba Estefy es que siempre pedimos a las sedes satélite que nos envíen retroalimentación sobre cómo reaccionó el público. Además, recibimos mensajes en redes sociales de personas que valoran la oportunidad de ver cine feminista y social en sus comunidades. Estos testimonios nos muestran el impacto y nos inspiran a seguir ampliando el festival cada año.
Estefi: Es un poco difícil tener un ejemplo concreto de transformación de vida, ya que el trabajo verdadero de transformación lo están haciendo los colectivos y organizaciones activistas en el campo. Nosotras no trabajamos en temas de emergencia, pero sí creemos que el cine puede generar empatía y permitir que las personas descubran nuevas realidades. Por ejemplo, hemos colaborado con Planned Parenthood en temas de despenalización del aborto, y el festival contribuye a desestigmatizar el aborto a nivel cultural y mental. El cine se convierte en una herramienta poderosa para generar empatía.
Virginia: Y para que haya cambios en la sociedad, deben existir esfuerzos conjuntos. Activistas trabajan directamente en los territorios, pero también son necesarias acciones como las que hace el festival. Es un proceso de sembrar semillas, generar cuestionamientos y abrir espacios de conversación, lo cual, con el tiempo, puede ayudar a cambiar actitudes y perspectivas.
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Nataly: Y esto es importante, porque justamente permite conectar con nuevas generaciones, sembrando, como ustedes decían, esa «semillita». ¿Qué esperan que este tipo de conversaciones y acercamientos logren con los jóvenes? ¿Tienen alguna expectativa de cómo estas acciones pueden influir en el futuro del festival?
Virginia: Sí, este es el primer año en que implementamos esta acción específica con colegios, en alianza con la Red de Cineclubes. Desde el principio, siempre hemos puesto mucho esfuerzo en encontrar películas adecuadas para públicos más jóvenes. Incluso hemos buscado opciones para niñas, pero no ha sido fácil. Sin embargo, este año logramos incluir películas más accesibles para adolescentes y también fortalecimos la unión con la Red de Cineclubes, que tiene una gran capacidad de convocatoria y organización en colegios, incluso en zonas más alejadas de las ciudades principales. Somos conscientes de que el público joven será el futuro público adulto, y que, aunque ya tienen visiones diferentes a las que teníamos nosotras cuando éramos adolescentes, todavía quedan muchos temas pendientes de discusión. Por eso, dentro de estas funciones organizadas con la Red de Cineclubes, también se realizan foros al final, donde los estudiantes pueden compartir sus perspectivas y discutir sus dudas.
Estefanía: Tal vez yo puedo añadir que creo que es súper importante la representación. Entonces, uno de los objetivos también de estas funciones que tenemos con los y las adolescentes es justamente que las niñas de esa edad puedan ver personajes parecidos a ellas en la pantalla, ¿no? Esto es como algo súper importante. Justamente, como decía Virginia, se hacen funciones en estos lugares que, por lo general, no tienen acceso a un cine alternativo al de Hollywood, y muchas veces ni siquiera tienen acceso al cine de Hollywood; su manera de consumir cine puede ser a través de plataformas etc…
Entonces, sí es bastante importante para nosotras que estas niñas estén expuestas a un cine con el que se puedan sentir un poco más identificadas. Y otra cosa chévere es el diálogo que se va a generar entre los adolescentes y sus profesores, porque son las personas educadoras las que van a estar a cargo de estos cine foros. Muchas veces, como también hay un pensamiento más conservador y retrógrado por parte de las personas adultas, ellas tal vez ven un cine feminista por primera vez y logran tener un diálogo con sus estudiantes, que a veces tienen ideas mucho más progresistas que sus propios profesores. Entonces, creo que esa es la idea.
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Nataly: Es increíble todo el trabajo que están realizando este año. Y bueno, ¿cuál sería el mensaje para las personas que no han asistido al festival en ediciones anteriores? Para animarlos a que asistan este año.
Virginia: A ver, creo que tal vez desde este lugar… nosotras estamos súper conscientes de que hay una parte de un público potencial que podría pensar: «No sé, son pelis feministas, entonces voy a sufrir un montón» y pueden creer que son aburridas, ¿no? Como que hay unos prejuicios hacia el hecho de que sean películas feministas. Pero justamente lo que intentamos comunicar es que las pelis que tenemos tienen una variedad enorme de temáticas, de formas de realización. Sí, hay unas para conmoverse, pero también hay otras para emocionarse. Es como cuando vas al cine a ver cualquier película: depende de cuál elijas, vas a sentir unas cosas u otras. Esa variedad la tenemos en el festival, y para nosotras es muy importante cuidar la calidad cinematográfica, que haya entretenimiento, pero, obviamente, lo que buscamos es que haya una reflexión a partir de las películas, que puedas identificarte en ciertos casos, o que en otros puedas cuestionar cosas que están pasando en el mundo y en el país. Pero lo lindo es que puedes sentir un montón de cosas y conocer una diversidad de mujeres, de niñas, de realidades.
Estefanía: Sí, también estamos trayendo películas que han sido muy reconocidas y valoradas en los circuitos más tradicionales del cine, en festivales internacionales, etc…. Creo que, más allá de si es cine feminista o no, es súper importante pensar que esta será, seguramente, la única vez que vas a poder ver esas películas en una sala de cine en Ecuador. Entonces, nosotras prestamos mucha atención, como dijo Virginia, a la calidad de las películas, y traemos películas de directoras muy reconocidas internacionalmente. Entonces, también es aprovechar este momento, estos 10 días, para ver un cine de calidad que, de otra forma, no vas a poder ver.
Nataly: A través de cada historia y cada mirada compartida, siento que el Festival EQUIS nos permite conectarnos con lo esencial y nos invita a actuar desde el arte y la empatía. Que este encuentro inspire a muchas más personas a seguir creando… Gracias por compartir….